Ahí viene el Coco

Se logra más con miel que con hiel” —Refrán popular

El fin de semana pasado vi Coco, la nueva película de Disney-Pixar que tiene a Gael García como uno de sus protagonistas. Y bueno, las palabras quedan cortas para explicar la maravilla cinematográfica de esta película: los colores son espectaculares, la música bien podría haber sido creada en México y los personajes tienen vida propia. Pocas películas norteamericanas han retratado con tanta imaginación y fidelidad la cultura mexicana como la nueva entrega de Disney-Pixar, lo cual habla de las enormes posibilidades que tenemos como país para aprovechar nuestro capital cultural e histórico como una herramienta más de Poder Suave.

Coco narra la historia de un joven llamado Miguel, que tiene una pasión innegable por la música, pero que desafortunadamente no la puede disfrutar por un pasado familiar doloroso. Un día, al acercarse a la tumba de quien el piensa que es su tatarabuelo, también músico, decide tomar su guitarra y tocarla, lo que lo lleva al mundo de los muertos. El resto de la película trata de las aventuras que tiene Miguel dentro de ese mundo, así como de su regreso a casa.

Los creadores de la película, Lee Unkrich, Adrián Molina y Darla Anderson visitaron Michoacán con la intención de retratar de manera fidedigna las costumbres mexicanas. Se puede decir que lograron este objetivo con creces. La película está llena de referencias a nuestra cultura y sus personajes, y es muy cuidadosa en no caer en los estereotipos que Hollywood tradicionalmente le ha asignado a nuestro país.

Hay que decirlo también, Coco llega en una época en la que el gobierno de Estados Unidos adopta un discurso hostil contra México; cuando éste amenaza con una reforma migratoria y con acabar el Tratado de Libre Comercio. Por ello, la producción de la película invita de manera indirecta a reflexionar sobre los prejuicios que hacen creer a miles de ciudadanos estadounidenses que los mexicanos son delincuentes que llevan drogas y crimen a su país.

Estas son las batallas que deberíamos de estar dando nosotros, los mexicanos. Ante el discurso amarillista del racismo, respondamos con ejemplos que muestren lo mejor de México. Así lo hemos hecho en otras circunstancias, como es el caso de la ayuda humanitaria que se le ofreció a los damnificados en Houston por el huracán Harvey, o el reciente atentado en Manhattan. Ahora es momento de redoblar el esfuerzo en el terreno cultural.

Esto es el Poder Suave, o la forma en la que podemos influir en decisiones a través de estrategias que persuaden a otros actores en vez de someterlos. Nuestro Poder Suave puede volverse verdaderamente fuerte si logramos proyectar una imagen más positiva de nuestro país y sus tradiciones. Como indicador del mismo, podemos ver el Country Brand Index 2014-2015, organizado por Futurebrand. En él, México tiene el lugar 55 de 118 países alrededor del mundo, lo que significa que todavía no hemos logrado posicionarlo como una marca a nivel global.

Podrá parecer poco importante, pero lograr posicionarnos como marca ayudaría sustancialmente a detonar el potencial de nuestra economía. De acuerdo con el estudio de Futurebrand, cuando un país es reconocido mundialmente por sus asociaciones positivas, es más probable que sea visitado y que reciba inversiones. Además, la probabilidad de que un consumidor compre los productos de un país con marca se duplica con respecto a los países que no tienen marca propia. En pocas palabras, la marca país se convierte en una ventaja competitiva para el mismo.

Este podría ser el comienzo de una celebración que sea reconocida con fuerza en el resto del mundo. Junto con el famoso desfile de la primera secuencia de la película Spectre del agente 007 (2015) y un tramo en El Libro de la Vida (2014), esta es la tercera vez, en películas recientes, que nuestro Día de Muertos se posiciona como una celebración única y espectacular en el mundo. No dudemos que a raíz de esto vendrán más extranjeros al país, en busca de la magia que vieron a través de los ojos de Hollywood.

Buscarán a nuestras flores de cempasúchil y nuestros xoloitzcuintles, querrán escuchar la música de Natalia Lafourcade, admirar el arte de Francisco Toledo y ver las películas de Alfonso Cuarón. La pregunta correcta es si nosotros estaremos listos para aprovechar esta oportunidad que se nos presenta e impulsar el Poder Suave de México a lo largo del mundo. ¡Más nos vale!

Nota al pie: Hay de poderes suaves a poderes suaves y el del empresario Alejandro Ramírez es notable. Coco también es producto del trabajo, dedicación y amor por México de embajadores como mi querido Álex. ¡Enhorabuena!

Artículo publicado en Reforma, el 7 de noviembre de 2017.


 

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