Beto Borge, un góber más para la lista

“Somos una mamada”  —Mensaje filtrado del WhatsApp de Beto Borge presumiendo la manera en la que él personalmente manipula la información en Quintana Roo.

Parece que Quintana Roo, al igual que otras entidades del país, es víctima de un doloroso proceso de transición de gobierno. Por primera vez en la historia del joven estado, el PRI se va de la gubernatura. Sin embargo, hasta finales de septiembre, cuando entrará Carlos Joaquín (PAN-PRD), el góber Beto Borge tendrá un “periodo de ajuste”, no sólo para intentar quedarse con una suculenta tajada del erario público, sino también para blindarse contra cualquier delito que le impute el gobierno entrante.

Afortunadamente, Quintana Roo es más fuerte que sus gobernantes corruptos y ha logrado posicionarse como punta de lanza en crecimiento económico. No por nada Cancún, Cozumel, Isla Mujeres y la Riviera Maya reciben a uno de cada cinco turistas que viajan a México. Sin embargo, no podemos caer en la trampa de pensar que castigar la corrupción no es una condición necesaria para generar crecimiento económico, puesto que en el largo plazo la factura nos puede salir muy cara.

El pasado 17 de junio, hubo un desalojo en 16 hoteles y casas de la zona costera de Tulum. Hombres que no llevaban uniforme policial sino playeras negras con leyendas que decían “seguridad” usaron gas lacrimógeno y dispararon al aire para expulsar a los residentes de los inmuebles so pretexto de que varios hoteleros no pagaban el alquiler. En entrevista a El Universal, varios de los afectados aseguraron que, antes de irse, el gobernador quiere hacerse de predios de playa que él mismo vendió ilícitamente durante su mandato. ¿Qué certidumbre jurídica existe cuando estos acontecimientos suceden con el visto bueno del “gobierno”?

El “aguinaldo” sexenal de Don Beto no quedaría únicamente en lo monetario. Recientemente, el góber hizo pasar un famoso “paquete de impunidad” que incluye, además de guardaespaldas personales por 15 años pagados con dinero público, haber nombrado a un nuevo titular de la Auditoría Superior de Quintana Roo por los próximos siete años, tres nuevos magistrados del Tribunal Superior de Justicia por doce años y un nuevo Fiscal General con un encargo de nueve años. Por cierto, para remover y nombrar al último se requerirán de dos terceras partes del congreso local, acción que se dificultará en la siguiente legislatura puesto que el PRI se mantendrá como la primera fuerza con 12 de los 25 diputados.

A pesar de la impunidad y la irresponsabilidad política de sus gobernadores, Quintana Roo se ha mantenido como uno de los estados con mayor crecimiento económico en México. Tan solo el año pasado, su crecimiento total fue de 5.1%, de acuerdo al INEGI. Pero ojo, el éxito turístico de Quintana Roo se debe a las maravillosas playas, los espectaculares sitios arqueológicos, el inmejorable clima, la calidez de los quintanarroenses, el tipo de cambio y el impresionante aeropuerto construido por ASUR, no a las acciones del gobierno de Beto Borge.

Lo anterior no significa que la corrupción nos “salga barata” o que incluso ayude al crecimiento; por el contrario, la corrupción se puede convertir en un monstruo que regresará a cobrar una factura en el mediano y largo plazos. Hoy en día Quintana Roo se mantiene como uno de los estados más endeudados en México. Al cierre del primer trimestre de 2016, las obligaciones financieras del gobierno local sumaban 22mil 500 millones de pesos, lo que equivale al 8.1% del PIB estatal y a más del 250% de sus ingresos federales. Así mismo, es el estado con el mayor nivel de impunidad en el país, de acuerdo al Índice Global de Impunidad 2016 que elaboró la UDLAP.

Podrá parecer que a Quintana Roo le basta con tener afluencia en su sector turístico para seguir desarrollándose. Pero, ¿qué pasará el día de mañana, cuando la deuda estatal adquirida por Beto Borge le impida al gobierno costear el alumbrado público, atender a la población en situación de pobreza o siquiera pagarle a sus burócratas? ¿Acaso los niveles de inseguridad e impunidad no pueden aumentar y, así mismo, ahuyentar al turismo? ¿Cuánto creen que pueda seguir creciendo Quintana Roo en esas circunstancias?

Lo que sucede en Quintana Roo no sólo destruye el futuro de quienes habitan en el estado; también tiene un impacto profundo en el resto de México, en la imagen de país que queremos proyectar al mundo. Recordemos que la mejor manera de garantizarle un mejor futuro a los mexicanos y callarle la boca a nuestros detractores en el exterior es asegurándonos de que en México nada ni nadie está por encima de la ley. Lo demás son acciones estériles.

Artículo publicado en Reforma, el 4 de julio de 2016.


 

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