Matrimonio igualitario sí, y pronto

Me alegra que hablemos sobre las personas homosexuales porque antes que nada viene

la persona individual en su totalidad y dignidad. – Papa Francisco

No deja de impresionarme que el líder de la religión más importante del mundo haya recorrido las tierras mexicanas subido en un Fiat 500, en contraste con otros jerarcas eclesiásticos mexicanos que aparentan sencillez, cuando no es el caso. Y lo digo porque a veces pareciera que en este país se puede hacer una distinción muy fuerte entre lo que se dice y lo que se hace. Así, hay personas o instituciones que son candiles de calle y oscuridad de casa, que a veces no se esfuerzan lo suficiente para compaginar su discurso con líneas de acción sólidas y coherentes y que correspondan con lo que dicen.

La última manifestación del conflicto entre los grupos conservadores, la misma iglesia católica y el movimiento LGBT ha girado en torno a una posición pública discriminatoria por parte de los primeros sobre los derechos de personas con orientaciones sexuales diversas, a quienes han tachado de “desviados”. Considero que es en estos momentos en los que la sensatez debe de llegar como parte de una estrategia que compagine nuestro decir y nuestro actuar: primero, que la institución del amor y de la fe se muestre más tolerante con la diversidad sexual (no basta con dejar de llamarla “desviación”, hay que respetarlos tal cual son); y segundo, reconocer que el matrimonio es una institución secular asequible a todo tipo de parejas.

La historia reciente comienza con la iniciativa que el Presidente firmó para reconocer en la Constitución el matrimonio igualitario, a casi tres semanas de las elecciones de junio. Pasaron las elecciones y al PRI no le fue nada bien; por lo que buena parte de los sectores más conservadores de nuestra sociedad se lo atribuyeron (sin mayor evidencia) a la iniciativa.

Tal parece que el PRI compró la hipótesis presentada por este sector de la iglesia y ha decidido hacerse de la vista gorda ante la iniciativa de matrimonio igualitario. La bancada priista en San Lázaro ha desestimado la propuesta para el próximo periodo de sesiones por “no ser un tema prioritario”. Sin embargo, esto no ha evitado que grupos contrarios a la iniciativa se articulen para presionar a que las autoridades no impulsen la medida. El Frente Nacional por la Familia (FNF) ha programado una marcha en todo el país el próximo 10 de septiembre y una marcha el 24 de septiembre en la Ciudad de México.

Pareciera que por momentos regresamos a épocas de cerrazón e intolerancia, tiempos en los que el diálogo y la sensatez son difíciles de encontrar.  Es en estos momentos de polarización que hace más falta reivindicar la función social de la empatía y la compasión, mismas que promueve la iglesia pero pareciera que a veces se le olvida que lo hace. En lo personal, cuando veo a grandes amigos con una orientación sexual distinta a la mía, escucho a notables empresarios como Tim Cook, o leo a columnistas como Genaro Lozano, en lo último que me pongo a pensar es qué usos le dan a su cuerpo. Todos esos asuntos son cuestiones personales y que no tendrían por qué someterse a escrutinio público o ser motivos de discriminación, y mucho menos servir de pretexto para negarle sus derechos a nadie. Una institución social como la iglesia no debería de mostrar los dientes ante la diversidad, sino abrazarla.

Por otro lado, el matrimonio es una institución secular a la que todos tenemos derecho, sin importar orientación o identidad sexual (así ya lo dijo la SCJN). Aquí el mayor problema es que tengamos instituciones políticas que no consideren prioritario ofrecer un piso mínimo de derechos para todos los mexicanos. Si nuestros representantes tienen el mínimo atisbo de congruencia en aras de dejar un mejor país para nuestros hijos y corresponder su decir con su actuar, éstos deberían trabajar en colaboración con otros sectores para lograr ese piso. No podemos dejar que asuntos tan importantes como los derechos humanos queden en discursos vacíos que evitan tocar los asuntos que son de importancia para todos.

Sin ser un experto en el tema, no me queda duda de que para tener un México más prospero y justo, el camino está en la expansión de los derechos humanos a todos los mexicanos. Por eso, matrimonio igualitario sí, y pronto.

** El Divo de México fue un grande porque su música y talento llegó a pobres y ricos, enamorados y despechados, jóvenes y viejos. Nos une y nos seguirá uniendo, porque se queda entre nosotros. QEPD.

Publicado en Reforma Negocios, el 30 de agosto de 2016.


 

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