El rally estadounidense y la economía mexicana

Querida lectora, querido lector, cuando leas esto ya tendremos un nuevo presidente en funciones. Y para la economía el cambio de administración significa muchas cosas, entre ellas incertidumbre. Creo que para entender la volatilidad reciente en los mercados es importante tener una perspectiva completa sobre el contexto financiero en el que nos encontramos. A continuación, comparto una serie de reflexiones sobre este gran contexto de la economía mundial que incide en el desempeño que la economía mexicana.

El contexto en el que nos encontramos sigue marcado por la Gran Recesión de 2008. Las funestas consecuencias fueron muchas. En Estados Unidos la tasa de desempleo llegó a rondar el 10%, su mayor nivel desde 1982. También, los mercados financieros se desplomaron: el S&P 500 perdió más del 50% de su valor desde su máximo en octubre del 2007 a febrero del 2009; la razón P/U del S&P 500 cayó de 17x a 12x. Diversos países se contagiaron y el rendimiento económico mundial se vio severamente afectado.

La recuperación de la crisis se atribuye en gran medida a las agresivas políticas de los bancos centrales, en particular de la Fed que bajó la tasa de interés de referencia a casi 0% para promover la liquidez y dar un estímulo a la economía estadounidense. Además, el Congreso de Estados Unidos aprobó un programa (TARP) por US$700B para comprar activos tóxicos de los bancos (al final la cantidad se redujo a US$475B y sólo se usaron US$431B), y la Fed terminó prestando alrededor de US$1.6T en rescates y préstamos de emergencia a los bancos.

Lo que siguió ha sido el mercado alcista más largo en la historia (más de 3,500 días). Desde el 9 de marzo del 2009 a su máximo en octubre de este año, el S&P 500 ha dado un rendimiento de más de 300%, convirtiéndolo en el tercer mercado alcista con mayor rendimiento total desde 1930. El valor generado por este rally equivale a más de US$18T (16 veces el PIB de México).

El desempeño de la bolsa de valores es relevante porque refleja el comportamiento de las empresas en la economía real. Tomando en cuenta el rally que ha tenido el S&P, uno pensaría que el ambiente en la economía sería de optimismo. Sin embargo, esta recuperación no ha tenido el mismo impacto en la economía por diversos factores.

El primero son las recompras. Las empresas han utilizado gran parte de la liquidez del mercado para la recompra de acciones —que tienen el efecto de subir el precio de la acción al reducir el número de acciones entre las que se dividen las utilidades— en lugar de para inversiones de capital. Mientras que en los ochentas las empresas estadounidenses utilizaban sólo 4% de sus utilidades para recomprar acciones, en 2018 se estima que utilizaron 50%.

El segundo es la composición del S&P 500. Casi una décima parte de este rally corresponde a sólo 6 empresas —Apple, Microsoft, Amazon, Alphabet, Facebook y Netflix—, y en general las empresas de tecnología, software y contenido representan un cuarto de este rally.

La tercera tiene que ver con la concentración en los mercados. De acuerdo con The Economist, desde 1997 la concentración del mercado ha subido en dos tercios de las industrias en Estados Unidos y una décima parte de la economía está conformada por industrias dominadas por 4 empresas o menos.

Los inconvenientes de la concentración en los mercados son que se benefician los dueños del capital en detrimento de los trabajadores; que las empresas dejan de competir por talento pagando mayores salarios y que las barreras de entrada impiden la competencia incluso de jugadores con acceso a capital. Todo esto se ve reflejado en que, incluso en un ambiente con bajas tasas de interés e industrias tan rentables, las empresas hayan invertido sólo una pequeña proporción de sus utilidades en los últimos años.

Este contexto llevó al S&P 500 a alcanzar su máximo histórico en octubre de este año y su valuación P/U ajustada cíclicamente (Shiller P/U) alcanzó su nivel más alto desde la burbuja del puntocom.

Sin minimizar las decisiones del gobierno entrante que generan incertidumbre, como la cancelación del NAIM, tampoco hay que exagerar los resultados de cada decisión; más prudente es analizar el desempeño de la economía mundial y su relación con la mexicana. En un contexto de alza de tasas, incertidumbre política y la amenaza de una guerra comercial, vale la pena estar atentos, ya que en estas situaciones se generan riesgos de inversión, pero también las mejores oportunidades.

Artículo publicado en Forbes México, durante el mes de noviembre.


 

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