Sargazo y violencia: ¿Una oportunidad para Yucatán?

“Las grandes oportunidades surgen de haber sabido aprovechar las pequeñas” –Bill Gates

El arribo masivo de sargazo a la Riviera Maya es una contingencia que ya está afectando al turismo, la principal actividad económica de una región que concentra el 51% de los extranjeros que visitan México. Si a esta contingencia sumamos que en Cancún los asesinatos se han sextuplicado desde 2014 (tan solo entre enero y junio de este año se registraron 392 víctimas), queda claro que la potencia turística de la península y del país está en grave peligro. No sólo se habla de miles de cancelaciones en meses recientes debido al sargazo y las alertas de violencia, sino que entre enero y junio de este año ya se registra una caída de 3 puntos porcentuales en el número de visitantes con respecto al mismo periodo del año anterior.

Querida lectora, querido lector, para que te des una idea de la importancia de Quintana Roo para el turismo en México basta mencionar que mientras la ocupación hotelera promedio a nivel nacional es 60%, en nuestro vecino caribeño ronda 80%; que mientras el gasto promedio de un turista extranjero que visita México es 551 dólares, el de uno que visita la Riviera Maya rebasa los mil dólares; que en 2016 Quintana Roo concentró el 13.4% de los viajeros, siendo líder nacional inclusive por encima de la Ciudad de México; y que ese mismo año Cancún y la Riviera Maya captaron el 60% de las divisas que ingresaron al país por concepto de turismo. Desde esta perspectiva, cualquier declive de la actividad turística en Quintana Roo implicaría una crisis no sólo económica sino también de seguridad en la región. De ese tamaño es el reto.

Ahora bien, el preocupante escenario que se perfila en Quintana Roo puede representar una oportunidad para Yucatán. Aclaro, no se trata de desear que le vaya mal a Cancún y a la Riviera Maya, sino de que aprovechemos los retos que enfrenta nuestro vecino para que los turistas que planeaban visitar las playas del caribe mexicano se den la oportunidad de conocer las de Yucatán y en sus próximas vacaciones consideren regresar a nuestro estado. Quienes tuvimos la suerte de pasar algunos días de esta temporada en las playas de Sisal y Progreso nos dimos el lujo de disfrutar de un oleaje tranquilo, de agua transparente con tonos azules y verdes francamente paradisiacos y de arena suave iluminada por cielos azules y abrazada por atardeceres espectaculares. Esos días en la playa —mismos en los que estallaba la crisis de sargazo y escalaba la violencia en Quintana Roo— me recordaron que nuestras playas no le piden nada a las de la Riviera Maya, mucho menos a las de Guerrero, Oaxaca y Jalisco.

Las playas de Yucatán son de las más bonitas de México y debemos aprovecharlas. El reto, naturalmente, es hacerlo sin dañar el ecosistema y sin poner en peligro la increíble biodiversidad de nuestro estado. Se trata de promover un turismo responsable con la naturaleza, que aprecie la fauna y la flora de nuestras costas, que quiera venir a descansar y desconectarse del ajetreo diario, que disfrute de un buen mero y un coctel de pulpo con una cerveza bien fría, que guste de combinar el turismo de playa con el cultural y que esté dispuesto a gastar un poquito más porque el servicio que recibe es de clase mundial. En tiempos de transición política y de lanzamiento de nuevos planes y proyectos, aprovechemos las oportunidades que nos presenta el momento y usémoslas para terminar de detonar al turismo como una actividad económica redituable y responsable en nuestro estado. Obvio, deseando que, por el bien de todos y sobre todo de los quintanarroenses, Cancún y la Riviera Maya superen a la brevedad los retos que enfrentan.

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En menos de 280 caracteres: El turismo cultural en México genera cada año ingresos superiores a los 180 mil millones de pesos, impulsar este sector en Yucatán puede ser una extraordinaria palanca de desarrollo económico y social.

Artículo publicado en el Diario de Yucatán, el 14 de agosto de 2018.


 

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