Sin voto no hay dinero

No taxation without representation (“Sin representación no habrá tributación”) –Dicho popular en Estados Unidos

Querida lectora, querido lector, ¿se siente usted representada por algún partido político? Seguramente no, o al menos tres de cada cuatro mexicanos así se sienten. De acuerdo a una encuesta realizada por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) en 2015, 74 por ciento de los mexicanos sienten que estas organizaciones políticas no los representan.

Es evidente que tenemos una crisis de credibilidad con los partidos políticos. Al menos en percepción, se han convertido en vehículos que han dejado de representar el interés de sus electores. Pero eso no ha evitado que su financiamiento haya aumentado. De acuerdo con los datos que provee el INE en su portal, 2015 fue el año en el que los partidos recibieron más dinero en la historia de México, con casi 5 mil 200 millones de pesos. Esta cifra es incluso mayor a 2012, cuando hubo una elección presidencial de por medio. ¡Imagínese el gasto que significarán en 2018, cuando haya elecciones en 30 entidades y en distintos ámbitos de gobierno, incluyendo la Presidencia de la República!

Pero el problema de estas cifras no solo es que mantener a los partidos políticos sea un gasto excesivo, sino que su presupuesto difícilmente se traduce en beneficios para la ciudadanía. Poco importa que cada vez más ciudadanos nos sintamos desencantados con estos organismos de representación, puesto que año con año tienen su financiamiento público asegurado. Es por eso que iniciativas como #SinVotoNoHayDinero que está impulsando la organización Wikipolítica, a la que pertenece el joven diputado jalisciense Pedro Kumamoto, tienen que ser tomadas en cuenta.

¿Cómo obtienen recursos públicos los partidos hoy en día? La fórmula de distribución de financiamiento multiplica el 65 por ciento de la Unidad de Medida y Actualización (UMA), que es aproximadamente de $47 pesos, por el padrón electoral, que en el ámbito nacional representa poco más de 85 millones de mexicanos. De ese total, 30 por ciento se reparte de forma igualitaria entre todos los partidos, mientras que el 70 por ciento restante se reparte conforme al porcentaje de votos que obtuvo cada partido en la última elección de diputados.

¿Qué propone #SinVotoNoHayDinero? Básicamente, que haya una relación directa entre los votos y el financiamiento que los partidos reciben por medio de nuestros impuestos. En lugar de que el porcentaje de la UMA se multiplique por el padrón de electores, que es el número de mexicanos que fueron a solicitar su credencial electoral, éste se multiplicaría por la votación válida emitida, que es el total de votos emitidos menos los votos nulos y los votos por candidatos no registrados.

Según Wikipolítica, una primera consecuencia de adoptarse esta medida sería un ahorro en el presupuesto destinado a financiar los partidos políticos de más de 2 mil 250 millones de pesos. Así también, habría un vínculo directo entre la participación electoral del ciudadano y el financiamiento que reciben los partidos: si el elector considera que hay un partido que le convence, su voto servirá para fortalecerlo. Incluso el famoso voto nulo adquiriría relevancia, dado que los partidos tendrían que esforzarse por convencer a los votantes de no anular la boleta, en aras de no perder financiamiento público.

Es evidente que la iniciativa de #SinVotoNoHayDinero no va a resolver nuestro problema de representación por completo. Falta tocar otros temas que son nodales y que distorsionan nuestra relación con los partidos, como el clientelismo electoral, el dinero ilegal que entra a las campañas políticas, la falta de transparencia en el gasto de cada partido y un largo etcétera. Sin embargo, el hecho es que este tipo de iniciativas ponen el dedo en la llaga de un grave problema: la necesidad de cerrar la enorme distancia que hay entre los ciudadanos y los partidos que simulan representarnos.

La iniciativa ya fue presentada y aprobada por unanimidad en el Congreso de Jalisco y en este momento se encuentra en la Comisión de Puntos de Constitucionales de la Cámara de Diputados federal. Ahora es necesario presionar a los diputados que la componen, para que tomen en cuenta el proyecto y presenten el dictamen en el pleno de la Cámara. También vale la pena traerla al Congreso de Yucatán para asegurarnos de que nuestros partidos locales se tomen en serio la tarea de representarnos (o para que asegurarnos de que sean castigados donde más les duele —los bolsillos— por no hacerlo).

Querida lectora, querido lector, si usted tampoco se siente representada por ningún partido político, es momento de hacer algo para cambiar esta realidad. Podemos recuperar la política partidista para que sirva a quienes realmente deberían de servir: al ciudadano, a quienes pagamos impuestos, al bien común. Hagámoslo ya. ¡#SinVotoNoHayDinero! ¡Únase y apoye!

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Nota mental: Celebro que el sábado pasado el gobernador de Yucatán y el alcalde de Mérida hayan acudido a firmar la iniciativa #YoNoDoyMordida, impulsada por los jóvenes de Coparmex Mérida. Sin embargo, si su compromiso con el combate a la corrupción es genuino los ciudadanos esperamos que a la brevedad se giren órdenes para investigar obras inconclusas, “moches”, desvió de recursos y todas aquellas acciones que pudieran estar fuera de la legalidad, ya sean de las presentes administraciones, como de las pasadas; para facilitar así que se sancione a quienes hayan incurrido en actos de corrupción de cualquier índole y sin importar su posición en el gobierno. Pasar de la firma a la acción será congruente y clave para la confianza.

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En menos de 140 caracteres: La página http://sinvotonohaydinero.mx/ ofrece la información necesaria para presionar a nuestros diputados vía telefónica, por email o en redes sociales.

Artículo publicado en el Diario de Yucatán, el 14 de marzo de 2017.


 

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